Consumir alcohol y conducir no mezclan.

El consumo de alcohol es un acto que acarrea consecuencias peligrosas si se combina con la conducción de un vehículo de motor. Una hora posterior al consumo podrías experimentar inhibiciones, efectos sobre tu buen juicio, reacciones lentas, pérdida de coordinación, deterioro en tus destrezas motoras, dificultad para calcular distancias, dificultad para ver, oír y hablar, entre otros efectos.

Por otro lado, la intoxicación alcohólica podría ocasionar consecuencias irreversibles en tu cuerpo. Según Ormaechea (2021), el alcohol “es una sustancia tóxica para el organismo y, mientras que su consumo a dosis bajas y de forma esporádica tiene efectos rápidamente reversibles, su consumo tanto a dosis altas como prolongado tiene consecuencias indeseables sobre el organismo”. Estos efectos a largo plazo del consumo desmedido y prolongado de bebidas con contenido de alcohol pueden incluir gastritis aguda, arritmia (alteraciones del ritmo cardíaco) lesiones neurales, desarrollo de demencia, alteraciones del sueño, enfermedades esofágicas y cirrosis hepática.

Socialmente, la ingesta de alcohol en forma desmedida podría ocasionar conductas de riesgo, como: graves problemas a nivel socio-familiar, prácticas sexuales de riesgo y desobediencia a las señales de tránsito, entre ellas exceso de velocidad, hacer cambios frecuentes de carril, hacer arranques o paradas súbitas u ocasionar un choque de tránsito que podría cobrar la vida de algún conductor y tu propia vida. Consumir alcohol y conducir no mezclan. ¡Por tu bien personal y del colectivo, si bebes, pasa la llave!

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Referencias

Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles. (n. d.). Beber y guiar no mezclan. http://www.acaa.gobierno.pr/educate/material-educativo/beber-y-guiar-no-mezclan

Ormaechea, E. (2021). Cómo afecta el alcohol al cuerpo. https://www.salud.mapfre.es/cuerpo-y-mente/habitos-saludables/los-efectos-del-alcohol-en-el-organismo/